¿Pueden el Amor y la Justicia Transformar la Salud Pública del Siglo XXI en el Perú?

Realizado por, Hilda Nicolle Andrade Pasión

En el siglo XXI, el sistema de salud enfrenta desafíos sociales y éticos que exigen nuevos enfoques para responder a las necesidades de las poblaciones vulnerables. En este contexto, la Teología de la Liberación, desarrollada por Gustavo Gutiérrez, y la Medicina Basada en el Amor (MBA) proponen perspectivas que resaltan la justicia social y la compasión como pilares de la atención en salud. Este ensayo tiene como propósito analizar cómo estos enfoques podrían influir en la salud pública del Perú, considerando la pobreza y desigualdad que afectan al país. A través del análisis de las obras Teología de la Liberación y Medicina Basada en el Amor, se discutirán la importancia de la justicia y el amor en la atención médica y su posible impacto en el fortalecimiento de una salud pública más humana y equitativa.

La Teología de la Liberación, nacida en América Latina, es una doctrina teológica que asume una postura crítica frente a las estructuras de opresión, defendiendo la liberación de los pobres y marginados. Esta teología no solo busca interpretar la realidad sino transformarla, siendo un acto de amor y compromiso con los pobres (1). En salud pública, esta visión se traduce en la necesidad de políticas y prácticas que prioricen a las poblaciones vulnerables y promuevan la equidad en la atención sanitaria. La salud, vista desde la Teología de la Liberación, no es solo la ausencia de enfermedad, sino el derecho a condiciones dignas de vida, a un entorno que permita el desarrollo integral de cada persona.

Por otro lado, la Medicina Basada en el Amor (MBA) propone que el acto médico debe ir más allá del simple tratamiento de síntomas para integrar el bienestar emocional y espiritual de los pacientes. La MBA sostiene que la relación médico-paciente debe basarse en el amor y la compasión, conceptos fundamentales que fortalecen el proceso de curación y devuelven a la medicina su dimensión humana. Este enfoque nos invita a ver al paciente como un ser integral y a no reducirlo a su enfermedad o diagnóstico (2).

Ambos enfoques coinciden en que el amor y la justicia son fundamentales en el ejercicio de la medicina y en la construcción de un sistema de salud más inclusivo. En Perú, donde persisten grandes brechas en el acceso a la salud, adoptar la Teología de la Liberación y la Medicina Basada en el Amor como principios podría transformar la práctica médica y orientar las políticas públicas hacia la protección de los derechos de los más desfavorecidos. Gutiérrez subraya que el amor y la justicia no son ideales abstractos, sino responsabilidades sociales, lo cual se alinea con la necesidad de implementar programas de salud pública que prioricen a las comunidades más desfavorecidas, proveyendo recursos y mejorando la infraestructura en zonas rurales y urbanas marginales (1).

En términos prácticos, integrar estos principios en la formación médica implicaría un cambio en el currículo de las facultades de medicina en el Perú, donde se incluirían componentes de formación en ética y humanidades. Dentro de la UNMSM se ha aplicado dentro de su malla estos aspectos lo cual podríamos decir que nos enseña a nos enseña a desarrollar una visión integral de la medicina, no solo centrada en los aspectos científicos, sino también en el entendimiento de las dimensiones éticas y humanísticas del cuidado de la salud. Es así que, un médico no solo debe dominar conocimientos científicos, sino también poseer empatía, compasión y respeto por la dignidad humana. Así, formar médicos desde una perspectiva humanística contribuiría a restaurar la confianza de la población en el sistema de salud, particularmente en contextos de atención a personas en situación de vulnerabilidad (2).

Además de promover una atención médica basada en conocimientos científicos y habilidades técnicas, el fortalecimiento de la atención primaria de salud mediante la aplicación de principios éticos y humanísticos impulsa un enfoque en el bienestar integral del paciente, considerando no solo su salud física, sino también sus circunstancias sociales y emocionales. En contextos de atención primaria, como aquellos que involucran comunidades desfavorecidas, la relación médico-paciente adquiere una dimensión de apoyo y acompañamiento que va más allá del diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Aquí, la cercanía y la compasión son fundamentales para que el paciente se sienta escuchado y comprendido, creando un ambiente de confianza que facilita su participación activa en el proceso de recuperación y autocuidado (2).

Por ello, la implementación de programas de capacitación en empatía, habilidades comunicativas y sensibilidad cultural en la formación médica es esencial (1). El hecho de implementar también dentro un programa de intervenciones como lo han realizado muchas universidades (Entre ellas la UNMSM) permitirá desde primeras etapas el desarrollo de esas habilidades escenciales para el buen trato médico – paciente. Estos programas no solo permitirían que los profesionales de la salud desarrollen competencias en la comunicación efectiva, sino que también los sensibilizarían sobre las realidades y dificultades que enfrentan las poblaciones vulnerables. La capacitación en estas áreas fortalece el vínculo entre el personal de salud y las comunidades, generando un sistema de salud más inclusivo y equitativo. Este tipo de enfoque podría contribuir a disminuir las brechas en la atención médica, promoviendo una relación de respeto y solidaridad que potencia los resultados de salud en entornos de atención primaria.

En conclusión, la integración de principios como la justicia social y el amor en la formación médica y en el sistema de salud público peruano podría marcar un cambio profundo hacia una atención más humana y equitativa. Tanto la Teología de la Liberación como la Medicina Basada en el Amor ofrecen perspectivas que reconocen al paciente como un ser integral, promoviendo el respeto y la compasión como ejes centrales en la práctica médica. Estos enfoques no solo aspiran a mejorar la relación médico-paciente, sino que también buscan una transformación estructural en el sistema de salud, priorizando a las poblaciones desfavorecidas y creando políticas orientadas a reducir las desigualdades en el acceso a la atención. Además, el fortalecimiento de la atención primaria, junto con programas de capacitación en empatía, comunicación y sensibilidad cultural, puede contribuir significativamente a un sistema de salud más cercano y sensible a las necesidades reales de las comunidades. La formación en ética y humanidades dentro de las facultades de medicina, como en la UNMSM, impulsa el desarrollo de médicos más integrales, quienes no solo dominan los conocimientos científicos, sino que también comprenden y valoran las dimensiones éticas y humanísticas del cuidado de la salud. Este enfoque humanístico puede restaurar la confianza de la población en el sistema de salud y promover un entorno de salud pública donde la justicia y el amor sean los pilares para una sociedad más saludable y justa.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1. Gutierrez, G. (1971) Teología De La Liberación. Perspectivas (ebook) [Internet]. CEP | Centro de Estudios y Publicaciones - CEP. 2020 [cited 2024 Oct 27]. Available from: https://cep.com.pe/publicaciones/teologia-de-la-liberacion-perspectivas-ebook/

   
   

2. Cruz, S. R. (2024) MEDICINA BASADA EN EL AMOR: Un antiguo camino en salud (Doctrina médica) (Spanish Edition): 9798739514370. Amazon.com. 2024 [cited 2024 Oct 27]. Available from: https://www.amazon.com/-/es/Segundo-Rogelio-CruzBejarano/dp/B092P76MPH