¿Por qué me gusta leer y es importante?
- elblogdelaseccion1
- 4 dic 2024
- 8 Min. de lectura
Realizado por André Ponce Sevilla
En la actualidad, la lectura es un hábito que ha pasado a segundo plano debido al auge de
la tecnología, que ofrece alternativas más rápidas y accesibles como los videos y resúmenes.
Aunque estas herramientas pueden ser útiles, su uso excesivo puede alejar a los jóvenes de
los beneficios de una lectura profunda y crítica, que sigue siendo fundamental para el
desarrollo académico y personal (1)(2). La lectura nos brinda más que simple acceso a la
información; es una actividad que enriquece el pensamiento y la capacidad crítica en un
mundo saturado de datos, a menudo superficiales y sin suficiente profundidad. En este
contexto, resulta esencial comprender cómo y por qué la lectura sigue siendo una
herramienta valiosa y necesaria.
La lectura crítica es clave para el desarrollo de habilidades analíticas, que son necesarias en
todos los ámbitos de la vida. Paul y Elder destacan que leer de forma reflexiva implica
evaluar, interpretar y apropiarse de las ideas presentadas en el texto para integrarlas en
nuestro marco de pensamiento personal (1). Este proceso es crucial en un contexto en el
que los jóvenes se enfrentan a una gran cantidad de información de diversas fuentes,
muchas veces sin un filtro adecuado de confiabilidad. Así, la lectura crítica permite a los
jóvenes cuestionar los supuestos que subyacen en los argumentos, identificar falacias
lógicas y evaluar la validez de los contenidos. Además, en un estudio sobre actitudes hacia
la investigación y hábitos lectores en estudiantes universitarios, se encontró que la falta de
estrategias lectoras afecta su capacidad para distinguir entre información fiable y aquella
que no lo es, afectando su desarrollo en competencias investigativas(3). Este análisis se
vuelve cada vez más relevante en una sociedad donde los estudiantes deben navegar en un
mar de información, muchas veces sin las herramientas necesarias para discriminar y
entender su valor.
La lectura, además de ser una fuente de conocimiento, es una herramienta poderosa para
el autoconocimiento y el desarrollo personal. A través de la lectura, los jóvenes se exponen
a una variedad de perspectivas y experiencias que les permiten expandir su visión del
mundo y reflexionar sobre sus propias creencias y valores. Un modelo de estrategias
didácticas dirigido a mejorar la comprensión lectora en niños de cinco años, como el
implementado en el programa PRONOEI en Perú, usa cuentos y leyendas de la comunidad
para fomentar el conocimiento cultural y el respeto por otras perspectivas desde una edad
temprana(2). Esta exposición ayuda a los jóvenes a desarrollar empatía y a enfrentar sus
propios desafíos personales con una visión más amplia. Okeke describe el acto de leer como
un medio invaluable para comprender las experiencias de los demás y ampliar los
conocimientos sobre el mundo, lo cual fomenta la sensibilidad y comprensión hacia otras
personas y culturas (3). La lectura, entonces, no solo contribuye a la formación académica,
sino también a una mayor comprensión del mundo y del lugar que ocupamos en él.
En el ámbito universitario, la lectura es fundamental para adquirir y analizar conocimientos
complejos, especialmente en una era en la que los estudiantes deben ser cada vez más
autónomos. Los estudios muestran que, aunque los jóvenes en la educación superior
reconocen la utilidad de la lectura, muchos carecen de las estrategias necesarias para
comprender y aplicar la información de manera efectiva (3). La enseñanza de técnicas de
lectura crítica y estrategias didácticas desde temprana edad es fundamental para preparar
a los estudiantes para las demandas académicas de la universidad. El modelo de estrategias
didácticas antes mencionado, en el que se emplean cuentos y leyendas de la comunidad,
destaca que, a través de la lectura guiada y la dramatización, se pueden desarrollar
habilidades cognitivas y meta cognitivas clave, que son cruciales para una lectura y
comprensión profundas(2).
Además, el hábito de la lectura y la capacidad de analizar información detalladamente es
altamente valorado en el ámbito profesional. En casi todas las profesiones, desde la
medicina hasta las ciencias sociales, la habilidad de leer e interpretar información de forma
crítica es una ventaja competitiva. Así, fomentar la lectura en los jóvenes no solo les brinda
una base sólida para su vida académica, sino que también los prepara para enfrentar los
desafíos de sus futuras profesiones, en donde la toma de decisiones informadas es crucial.
La lectura también es una fuente de enriquecimiento personal y placer que no puede ser
replicada por medios audiovisuales u otras formas de gratificación instantánea. A través de
la literatura, los jóvenes pueden explorar mundos imaginarios, experimentar emociones
complejas y desarrollar empatía hacia personajes y situaciones distintas a las propias. La
lectura es una experiencia que requiere paciencia y dedicación, virtudes que muchas veces
no se fomentan en un mundo donde se prioriza la inmediatez. Un estudio sobre hábitos de
lectura en estudiantes universitarios sugiere que, a pesar de que los estudiantes reconocen
la utilidad de la lectura, su falta de estrategias lectoras limita su habilidad para aprovecharla
plenamente (3).
El modelo de lectura analítico-crítica de Kabalen y Sánchez enfatiza la importancia de leer
más allá del contenido superficial, ayudando al lector a profundizar en la interpretación y
en la aplicación de los conocimientos adquiridos (3). Al enfrentar la lectura de textos
complejos, los jóvenes desarrollan una sensibilidad y comprensión que enriquecen su vida
cotidiana y les brindan una conexión emocional y significativa con el autor y los personajes
de la obra, lo cual va más allá de una simple actividad académica.
En conclusión, la lectura es fundamental para el desarrollo personal, académico y
profesional de los jóvenes, pues fomenta habilidades de pensamiento crítico,
autoconocimiento y aprendizaje profundo que no pueden ser reemplazadas por la
inmediatez de la tecnología. Los modelos pedagógicos que integran estrategias lectoras,
como el de “abuelitos” en Perú, demuestran que fomentar la lectura desde edades
tempranas ayuda a formar individuos reflexivos y empáticos. Así, promover este hábito en
la juventud no solo enriquece sus vidas, sino que también contribuye a construir una
sociedad más preparada para enfrentar los desafíos del futuro.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
1. Paul R, Elder L. Cómo leer un párrafo y más allá de éste: El arte de la lectura
minuciosa. Fundación para el Pensamiento Crítico; 2003.
2. Cordova LAR, Barco GC, Garcia LOC. Modelo de estrategias didácticas para mejorar
la comprensión lectora en niños (as) de 05 años, de PRONOEI-Perú. Encuentros:
Revista de Ciencias Humanas, Teoría Social y Pensamiento Crítico [Internet].
2023;(17):171–81. Available from:
3. Flor, Armandina I, Alfredo L. Actitud hacia la investigación y hábitos de lectura en
alumnos de educación superior. Revista de ciencias sociales [Internet]. 2022 [cited
2024 Nov 8];28(6):170–80. Available from:
Nov 08, 2024
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En la actualidad, la lectura es un hábito que ha pasado a segundo plano
debido al auge de la tecnología, que ofrece alternativas más rápidas y
accesibles como los videos y resúmenes.
Aunque estas herramientas pueden
ser útiles, su uso excesivo puede alejar a los jóvenes de los beneficios de una
lectura profunda y crítica, que sigue siendo fundamental para el desarrollo
académico y personal (1)(2). La lectura nos brinda más que simple acceso a la
información; es una actividad que enriquece el pensamiento y la capacidad
crítica en un mundo saturado de datos, a menudo superficiales y sin
suficiente profundidad.
En este contexto, resulta esencial comprender cómo y
por qué la lectura sigue siendo una herramienta valiosa y necesaria. La lectura
crítica es clave para el desarrollo de habilidades analíticas, que son necesarias
en todos los ámbitos de la vida. Paul y Elder destacan que leer de forma
reflexiva implica evaluar, interpretar y apropiarse de las ideas presentadas en
el texto para integrarlas en nuestro marco de pensamiento personal (1).
Este
proceso es crucial en un contexto en el que los jóvenes se enfrentan a una
gran cantidad de información de diversas fuentes, muchas veces sin un filtro
adecuado de confiabilidad.
Así, la lectura crítica permite a los jóvenes
cuestionar los supuestos que subyacen en los argumentos, identificar falacias
lógicas y evaluar la validez de los contenidos.
Además, en un estudio sobre
actitudes hacia la investigación y hábitos lectores en estudiantes
universitarios, se encontró que la falta de estrategias lectoras afecta su
capacidad para distinguir entre información fiable y aquella que no lo es,
afectando su desarrollo en competencias investigativas(3).
Este análisis se
vuelve cada vez más relevante en una sociedad donde los estudiantes deben
navegar en un mar de información, muchas veces sin las herramientas
necesarias para discriminar y entender su valor. La lectura, además de ser una
fuente de conocimiento, es una herramienta poderosa para el
autoconocimiento y el desarrollo personal.
A través de la lectura, los jóvenes
se exponen a una variedad de perspectivas y experiencias que les permiten
expandir su visión del mundo y reflexionar sobre sus propias creencias y
valores. Un modelo de estrategias didácticas dirigido a mejorar la
comprensión lectora en niños de cinco años, como el implementado en el
programa PRONOEI en Perú, usa cuentos y leyendas de la comunidad para
fomentar el conocimiento cultural y el respeto por otras perspectivas desde
una edad temprana(2).
Esta exposición ayuda a los jóvenes a desarrollar
empatía y a enfrentar sus propios desafíos personales con una visión más
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amplia. Okeke describe el acto de leer como un medio invaluable para
comprender las experiencias de los demás y ampliar los conocimientos sobre
el mundo, lo cual fomenta la sensibilidad y comprensión hacia otras personas
y culturas (3). La lectura, entonces, no solo contribuye a la formación
académica, sino también a una mayor comprensión del mundo y del lugar
que ocupamos en él.
En el ámbito universitario, la lectura es fundamental
para adquirir y analizar conocimientos complejos, especialmente en una era
en la que los estudiantes deben ser cada vez más autónomos. Los estudios
muestran que, aunque los jóvenes en la educación superior reconocen la
utilidad de la lectura, muchos carecen de las estrategias necesarias para
comprender y aplicar la información de manera efectiva (3). La enseñanza de
técnicas de lectura crítica y estrategias didácticas desde temprana edad es
fundamental para preparar a los estudiantes para las demandas académicas
de la universidad.
El modelo de estrategias didácticas antes mencionado, en
el que se emplean cuentos y leyendas de la comunidad, destaca que, a través
de la lectura guiada y la dramatización, se pueden desarrollar habilidades
cognitivas y meta cognitivas clave, que son cruciales para una lectura y
comprensión profundas(2).
Además, el hábito de la lectura y la capacidad de
analizar información detalladamente es altamente valorado en el ámbito
profesional.
En casi todas las profesiones, desde la medicina hasta las ciencias
sociales, la habilidad de leer e interpretar información de forma crítica es una
ventaja competitiva.
Así, fomentar la lectura en los jóvenes no solo les brinda
una base sólida para su vida académica, sino que también los prepara para
enfrentar los desafíos de sus futuras profesiones, en donde la toma de
decisiones informadas es crucial. La lectura también es una fuente de
enriquecimiento personal y placer que no puede ser replicada por medios
audiovisuales u otras formas de gratificación instantánea.
A través de la
literatura, los jóvenes pueden explorar mundos imaginarios, experimentar
emociones complejas y desarrollar empatía hacia personajes y situaciones
distintas a las propias. La lectura es una experiencia que requiere paciencia y
dedicación, virtudes que muchas veces no se fomentan en un mundo donde
se prioriza la inmediatez. Un estudio sobre hábitos de lectura en estudiantes
universitarios sugiere que, a pesar de que los estudiantes reconocen la
utilidad de la lectura, su falta de estrategias lectoras limita su habilidad para
aprovecharla plenamente (3).
El modelo de lectura analítico-crítica de
Kabalen y Sánchez enfatiza la importancia de leer más allá del contenido
superficial, ayudando al lector a profundizar en la interpretación y en la
aplicación de los conocimientos adquiridos (3).
Al enfrentar la lectura de
textos complejos, los jóvenes desarrollan una sensibilidad y comprensión que
enriquecen su vida cotidiana y les brindan una conexión emocional y
significativa con el autor y los personajes de la obra, lo cual va más allá de una
simple actividad académica.
En conclusión, la lectura es fundamental para el
desarrollo personal, académico y profesional de los jóvenes, pues fomenta
habilidades de pensamiento crítico, autoconocimiento y aprendizaje
profundo que no pueden ser reemplazadas por la inmediatez de la
tecnología. Los modelos pedagógicos que integran estrategias lectoras, como
el de “abuelitos” en Perú, demuestran que fomentar la lectura desde edades
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tempranas ayuda a formar individuos reflexivos y empáticos.
Así, promover
este hábito en la juventud no solo enriquece sus vidas, sino que también
contribuye a construir una sociedad más preparada para enfrentar los
desafíos del futuro.
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