Las bondades de las estrategias de aprendizaje activo para un aprendizaje profundo en estudios universitarios
- elblogdelaseccion1
- 5 nov 2024
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Actualizado: 5 nov 2024

Realizado por Jair Hidalgo
El salto del colegio a la universidad suele ser impactante para los nuevos profesionales en formación. La metodología de enseñanza, dependiendo la propuesta de cada universidad, se caracteriza por ser completamente diferente a lo que un nuevo ingresante experimentó durante 5 años o más en su etapa escolar. Este cambio, sin lugar a dudas, sugiere también el uso de nuevas estrategias de aprendizaje activo en el educando. Este tipo de aprendizaje es un enfoque distinto a lo tradicional, pues su objetivo principal es involucrar activamente a los estudiantes en su proceso de aprendizaje mediante un sinfín de actividades, rechazando aquellos modelos donde el participante sea solo quien reciba la teoría. Este modelo de aprendizaje está a la vanguardia de la educación superior universitaria, formando profesionales autónomos, didácticos e innovadores. Por tal motivo, en el siguiente ensayo haré mención de algunas estrategias de aprendizaje activo que considero muy eficaces y relevantes, describiendo cómo se llevan a cabo y cuáles podrían ser sus limitaciones.
El aprendizaje activo tiene un gran valor en la vida del estudiante universitario para su desarrollo académico. Entre los principales motivos se pueden hallar: a) Preparación para el campo laboral: El involucramiento tan cercano de los profesionales en formación para con su aprendizaje resulta tan interesante pues dentro de este modelo de aprendizaje están las actividades colaborativas basadas en situaciones de la vida profesional, lo que significa que el estudiante debe aplicar lo aprendido en teoría. Este tipo de trabajos no solo mejora las habilidades blandas como la formación de líderes, sino también facilita enormemente un aprendizaje profundo que sea sostenible y útil en la carrera de cada uno. b) Desarrollo de autonomía: Si el estudiante se vuelve autor de su propio aprendizaje, entonces se estará fomentando la iniciativa del estudiante para aprender por sí solo. Más adelante, este sentido de autonomía podrá servir para desarrollar un aprendizaje informal en el que el estudiante no dependa de un centro de estudios para continuar aprendiendo y mantenerse actualizado en lo que a su carrera compete. c)Aumento de la motivación: Si los estudiantes son capaces de identificar el valor de las actividades que realiza durante la práctica de este aprendizaje, será capaz de comprometerse a seguir aprendiendo pues habrá encontrado un propósito idóneo. Además, en vista de que este estilo de aprendizaje se basa más en práctica que en teoría, podrá motivar al profesional en formación a mostrarse mucho más activo mediante su participación. “Las teorías clásicas del aprendizaje activo suponen un gran cambio en relación a los enfoques pedagógicos tradicionales, dada la implicación activa del aprendiz, basada en la reflexión y en la toma de conciencia” (1).
Existen un gran número de estrategias para un aprendizaje activo. Cada una de ellas es muy interesante y presenta cierto grado de complejidad. a) Aprendizaje basado en problemas: Esta estrategia consiste en que el maestro a cargo crea una problemática a resolver por los participantes. “En muchas ocasiones, para esta estrategia, el profesor transcribe una experiencia real anonimizada de su práctica profesional o crea un escenario ‘fabricado’ con partes de experiencias reales y otras inventadas, pero coherentes” (2). Posterior a ello, divide al aula en grupos pequeños para conversar el tema. “La cooperación entre los alumnos es un elemento clave del ABP. Aunque éste se puede desarrollar de manera individual, suele realizarse en un entorno cooperativo en el que sus miembros deben participar equitativamente” (3). De esta manera, no solo se desarrolla el juicio crítico, sino también la escucha activa ya que todos tienen un punto de vista diferente que expresar. b) Creación de mapas conceptuales: Mediante este tipo de organizador visual, se pretende poner a prueba la capacidad del estudiante para sistematizar las ideas, diferenciando las principales de las secundarias. Usando palabras clave y esquematizando la información que el profesional en formación ha comprendido previamente, podrá trabajar en su creatividad e innovación con contenidos hechos por el mismo. c) Simulaciones: Similar a la discusión en grupo, esta estrategia supone la participación de los estudiantes para trabajar en grupo, pero esta vez para enfrentarse a un caso de la vida real. Aplicado constantemente en el área de las ciencias de la salud, los profesionales en formación atienden a un sujeto de prueba representado por una máquina. A partir de un caso, el grupo debe aplicar lo aprendido para realizar un diagnóstico del paciente, poniendo a prueba las habilidades de cada uno. Por tal motivo, “sirve para desarrollar la capacidad de resolver problemas, aprender procedimientos y técnicas de interacción social, razón por la cual fortalece debilidades de métodos tradicionales” (4).
Desafortunadamente, para alcanzar el éxito en la aplicación de cualquier estrategia de aprendizaje, el estudiante universitario debe superar una serie de desafíos que no son para nada sencillos de superar dependiendo la disposición del mismo. a) Falta de compromiso: Lamentablemente, no todo estudiante será igual que el otro. Algunos estudiantes pueden mostrarse interesados en ciertas actividades, mientras que otros no. Si bien es complicado lograr el interés de todos, se puede trabajar por obtener el de la mayoría momentáneamente. Para tal solución, es necesario que todos los maestros y coordinadores del área establezcan una meta en conjunto, aprendan a influir en las emociones de sus educandos para motivarlos. Si el estudiante es capaz de identificar la meta y, sobre todo, considera que está dentro de sus capacidades alcanzarla, se mostrará más dispuesto a realizar alguna actividad u otra. b) Resistencia al cambio: Este problema afecta tanto a profesores como profesionales en formación. “Uno de los retos más importantes que se presentan tradicionalmente en la operación curricular de las instituciones de educación superior es la habilitación de los docentes en el uso correcto de las múltiples estrategias de enseñanza, aprendizaje y evaluación” (5). Estos profesores pueden no estar lo suficientemente preparados pues ya están acostumbrados a un método de enseñanza tradicional. Asimismo, el uso de la tecnología también está presente en el aprendizaje y no todo profesional se encuentra familiarizado con ello. Para tal problema, la solución podría ser ofrecer nueva formación profesional, explicación de los beneficios del aprendizaje activo, ayuda psicológica profesional, etc. c) Dificultad para la preparación: Realizar una clase que aplique un modelo de aprendizaje activo resulta mucho más complicado de lo que parece. Las clases tradicionales tienen la ventaja de que son más fáciles y no requieren de tanto tiempo para ser preparadas; sin embargo, la preparación de una clase que promueva el aprendizaje activo requerirá de la colaboración de muchas partes y un plan de trabajo eficiente que no limite el objetivo principal.
Después de todo lo mencionado anteriormente, puedo decir que el aprendizaje activo es una herramienta que, trabajada en una universidad adecuadamente, tiene un gran potencial para la formación de profesionales cada vez más preparados. Las estrategias que se pueden aplicar en este enfoque son ilimitadas y abiertas a la imaginación siempre y cuando aseguren que el estudiante sea el actor principal en la creación de su aprendizaje. De esta forma, se asegura de que el estudiante explote sus habilidades como el juicio crítico, autonomía y resolución de problemas.
Desafortunadamente, las limitaciones están presentes en todo campo y el aprendizaje activo no se escapa de ello. La resistencia al cambio, la falta de compromiso y motivación de los estudiantes y la falta de tiempo para preparar una clase retrasa el cumplimiento del objetivo principal. Por tales motivos, es necesario que cada parte involucrada en el desarrollo de este aprendizaje se mantenga activo y participativo en beneficio de los estudiantes que serán quienes continúen con este camino.
Bibliografía
1.
Alomá Bello M, Crespo Díaz LM, González Hernández K, Estévez Pérez N. Fundamentos cognitivos y pedagógicos del aprendizaje activo. Rev MENDIVE [Internet]. 2022 [citado el 5 de noviembre de 2024];20(4):1353–68. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S1815-76962022000401353&script=sci_arttext&tlng=pt
2.
Ciencialatina.org. [citado el 5 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://ciencialatina.org/index.php/cienciala/article/view/6409
3.
Durán V, Gutiérrez-Barreto S. El aprendizaje activo y el desarrollo de habilidades cognitivas en la formación de los profesionales de la salud. Educ médica [Internet]. 2021 [citado el 5 de noviembre de 2024];24(6):283. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S2014-98322021000600283&script=sci_arttext
4.
Ulpgc.es. [citado el 5 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://accedacris.ulpgc.es/handle/10553/120895
5.
Unirioja.es. [citado el 5 de noviembre de 2024]. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8626479



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