“La retroalimentación para fomentar prácticas saludables: La actividad física como eje para evitar el sedentarismo”
- elblogdelaseccion1
- 23 nov 2024
- 4 Min. de lectura
Realizado por, Vila Huaman Claudia Emily
En un mundo donde el sedentarismo se ha convertido en un problema global, promover
hábitos saludables como la actividad física regular es esencial para mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades crónicas. Sin embargo, transformar estos hábitos requiere más que conocimiento. Se necesita orientación adecuada, motivación constante y una evaluación continua para lograr cambios sostenibles. En este proceso, la retroalimentación emerge como un componente clave, actuando como catalizador para que las personas adopten y mantengan un estilo de vida más activo.
El sedentarismo se caracteriza por actividades que implican un gasto energético mínimo,
como estar sentado o acostado durante largos periodos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que este tipo de comportamiento contribuye significativamente al desarrollo de enfermedades no transmisibles, entre las que se encuentran la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares (1). Además, el sedentarismo afecta negativamente la salud mental, incrementando el riesgo de ansiedad y depresión. Aunque las consecuencias de este estilo de vida son ampliamente conocidas, muchas personas encuentran difícil incorporar la actividad física en su rutina diaria, lo que pone de manifiesto la necesidad de estrategias eficaces para motivar y guiar este cambio.
La retroalimentación, entendida como información específica y constructiva sobre el
desempeño de una persona en relación con un objetivo, tiene un enorme potencial para
promover hábitos más saludables. Este tipo de información permite que los individuos
comprendan su nivel actual de actividad física y lo comparen con las recomendaciones de
salud. Por ejemplo, dispositivos como relojes inteligentes y aplicaciones móviles pueden
ofrecer datos detallados sobre la cantidad de pasos diarios, el tiempo dedicado a la actividad física y las calorías quemadas. Estos datos no solo proporcionan un punto de partida para el cambio, sino que también ayudan a identificar patrones de comportamiento sedentario y áreas de mejora específicas. Además, la retroalimentación fomenta el autoconocimiento, ya que invita a reflexionar sobre las barreras personales y las motivaciones que influyen en el comportamiento (2). Esta introspección es crucial para diseñar estrategias personalizadas que permitan superar los obstáculos de manera efectiva.
Un desafío importante en el mantenimiento de la actividad física es la falta de motivación, especialmente cuando los resultados no son inmediatos. Aquí es donde la retroalimentación juega un papel fundamental al ofrecer reconocimiento y refuerzo positivo por los esfuerzos realizados. Por ejemplo, recibir elogios de un entrenador, comentarios alentadores de compañeros o notificaciones automáticas que celebren el logro de metas diarias puede incrementar la motivación intrínseca y fortalecer el compromiso con la actividad física. Por otro lado, la retroalimentación negativa, si se maneja de manera constructiva, también puede ser valiosa (3). Este tipo de retroalimentación no debe centrarse en señalar fallos, sino en resaltar oportunidades de mejora y ofrecer pasos concretos para superar desafíos, ayudando a las personas a progresar hacia sus objetivos.
La retroalimentación también tiene un impacto significativo cuando se da en un entorno
grupal o comunitario (4). La interacción entre pares en este contexto fomenta un sentido de pertenencia, aprendizaje colaborativo y apoyo mutuo. En el ámbito de la actividad física, grupos de entrenamiento, clases colectivas o comunidades virtuales pueden ser plataformas ideales para compartir experiencias, desafíos y logros. Recibir retroalimentación de personas que enfrentan retos similares puede ser más inspirador que recibirla de un profesional, ya que promueve la empatía y el entendimiento mutuo. Esta conexión emocional puede aumentar la motivación y facilitar la adopción de hábitos saludables.
Aunque recibir retroalimentación es crucial, buscarla activamente también es un paso
importante. Esto implica que las personas adopten un papel proactivo en su proceso de
cambio, solicitando comentarios de profesionales, compañeros y herramientas tecnológicas. Este enfoque demuestra compromiso con el propio bienestar y permite identificar áreas de mejora que podrían pasar desapercibidas. Por ejemplo, un corredor que consulta a un entrenador sobre su técnica o una persona que pide orientación sobre el uso correcto de las máquinas en el gimnasio está tomando medidas activas para optimizar su rendimiento y prevenir lesiones.
En el contexto de la lucha contra el sedentarismo, la retroalimentación se convierte en un motor esencial para el cambio. Proporcionar información clara y constructiva ayuda a las personas a superar barreras, mantenerse motivadas y adaptarse a nuevos desafíos. Además, cuando esta retroalimentación se enmarca en un ambiente comunitario, los beneficios se amplifican. La retroalimentación entre pares no solo crea un entorno de apoyo, sino que
también refuerza el compromiso y facilita la sostenibilidad del cambio hacia un estilo de vida
más activo. Sin embargo, para que la retroalimentación sea verdaderamente efectiva, debe
manejarse con sensibilidad y ética. Es fundamental que se utilice para motivar y empoderar,
evitando cualquier enfoque que pueda desanimar o generar sentimientos de fracaso. La
retroalimentación bien gestionada no solo refuerza los logros, sino que también anima a las
personas a seguir esforzándose hacia sus metas, incluso en momentos de dificultad (5).
En última instancia, la retroalimentación no es solo una herramienta, sino un proceso
dinámico que conecta a las personas con su potencial para transformar sus vidas. Cuando se integra de manera adecuada en las intervenciones destinadas a promover la actividad física, la retroalimentación tiene el poder de romper con el sedentarismo y fomentar un futuro más saludable y activo. Este proceso no solo beneficia a los individuos, sino que también tiene un impacto positivo en las comunidades, creando una cultura de bienestar colectivo. Fomentar la retroalimentación y valorarla en todos los niveles de intervención puede ser clave para enfrentar el desafío global del sedentarismo. Al ofrecer orientación personalizada, reforzar los progresos y promover la reflexión, la retroalimentación ayuda a las personas a adoptar y mantener hábitos saludables, marcando el camino hacia una vida más activa y satisfactoria.
Bibliografía:
1. Actividad física [Internet]. Who.int. [citado el 16 de noviembre de 2024]. Disponible
2. Umh.es. [citado el 16 de noviembre de 2024]. Disponible en:
3. Ramaprasad A. On the definition of feedback. Syst Res [Internet]. 1983;28(1):4–13.
Disponible en: http://dx.doi.org/10.1002/bs.3830280103
4. Tello AM. La retroalimentación para el aprendizaje [Internet]. Youtube; [citado el 16
de noviembre de 2024]. Disponible en:
5. Freire E, Enrique E. Importancia de la retroalimentación formativa en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Universidad y Sociedad [Internet]. 2021 [citado el 16 de
noviembre de 2024];13(4):389–97. Disponible en:
ng=pt



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