Desarrollando Líderes en Salud Pública: Estrategias para Combatir elSedentarismo y Promover la Actividad Física
- elblogdelaseccion1
- 4 dic 2024
- 8 Min. de lectura
Realizado por André Ponce Sevilla
¿Cómo podemos formar líderes en salud capaces de transformar hábitos en una población
que enfrenta crecientes tasas de sedentarismo, obesidad y diabetes? En el Perú, estas
enfermedades crónicas representan desafíos urgentes para el sistema de salud y requieren
intervenciones innovadoras y sostenibles. Los profesionales de la salud en formación tienen
un papel crucial en liderar el cambio, pero esto exige más que conocimientos técnicos;
demanda habilidades de liderazgo que inspiren a las comunidades a adoptar estilos de vida
más activos y saludables
Álvaro González-Alorda afirma que transformar no consiste en deslumbrar, sino en generar
un cambio significativo en los hábitos (1). Esto es crucial en el ámbito de la salud, donde la
transformación implica inspirar a las personas a adoptar estilos de vida más saludables. Según
Warren Buffett, la integridad es esencial para cualquier líder; sin ella, la inteligencia y la
energía pueden ser destructivas (1). Para ser líderes transformadores, los profesionales de la
salud deben empezar por examinar y fortalecer sus propios valores.
La inspiración verdadera en el liderazgo se traduce en la capacidad de mover a otros hacia el
cambio. En el caso de la promoción de la salud, esto se relaciona directamente con la creación
de ambientes que fomenten la actividad física y la alimentación saludable. Los futuros líderes
deben modelar estos comportamientos, sirviendo como ejemplos vivos de las prácticas que
buscan inculcar en sus comunidades.
El sedentarismo es un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades crónicas
como la diabetes y la obesidad. Según la Guía de Actividad Física y Salud en la Infancia y
la Adolescencia, la inactividad física contribuye significativamente a la carga de
enfermedades crónicas en todas las edades (1). La modernización y el uso de tecnologías han
reducido la actividad física diaria, lo que ha incrementado la prevalencia de estilos de vida
sedentarios, especialmente entre los jóvenes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce al sedentarismo como el cuarto factor
de riesgo más importante de mortalidad global. En el Perú, esta realidad se agrava debido a
la falta de espacios adecuados para la práctica de ejercicio y a la poca promoción de hábitos
activos en las instituciones educativas y en los entornos laborales.
La actividad física desempeña un papel vital en la prevención de enfermedades crónicas.
Según estudios realizados en jóvenes universitarios, existe una correlación positiva entre la
práctica regular de actividad física, la reducción del estrés y el incremento de la felicidad
auténtica (2). En Perú, donde las tasas de sedentarismo han contribuido al aumento de
enfermedades como la diabetes, promover un estilo de vida activo es una prioridad de salud
pública.
La actividad física regular no solo mejora la salud física, sino que también contribuye a la
salud mental, reduciendo el estrés y aumentando la felicidad auténtica. Los profesionales de
la salud pueden utilizar enfoques innovadores para fomentar la actividad física entre
diferentes grupos etarios, incluyendo intervenciones comunitarias y escolares.
El enfoque de aprendizaje-servicio ofrece una oportunidad para que los profesionales en
formación integren la teoría con la práctica a través de actividades en beneficio de la
comunidad. Entre las estrategias más efectivas se encuentra el diseño e implementación de
campañas comunitarias que involucren a escuelas y familias para promover la actividad
física, así como la educación y sensibilización mediante herramientas interactivas como
aplicaciones móviles y redes sociales. Estas iniciativas permiten aumentar la conciencia
sobre la importancia de un estilo de vida saludable. Además, es crucial establecer sistemas
de monitoreo y evaluación que incluyan mediciones regulares del Índice de Masa Corporal
(IMC), niveles de glucosa y actividad física, utilizando métodos como escalas de percepción
de esfuerzo y frecuencia cardíaca (1).La integridad es una cualidad indispensable para los
líderes. Sin embargo, como señala González-Alorda, la fragilidad humana puede llevar a la
inconsistencia con los valores personales (1). En estos casos, el perdón se convierte en una
herramienta poderosa, Nelson Mandela expresó que el perdón libera el alma y permite
avanzar con ligereza (1). Para los profesionales de la salud, esto implica reconocer errores en
sus enfoques y estar dispuestos a corregirlos.
El liderazgo efectivo también requiere una constante revisión de compromisos. Establecer
metas específicas y trabajar diligentemente hacia ellas refuerza la confianza en uno mismo y
en el equipo. Los líderes que cumplen con sus compromisos son más capaces de exigir
excelencia a los demás. Un aspecto fundamental del liderazgo transformacional es la
formación en valores. Gandhi afirmaba que una persona no puede actuar correctamente en
un ámbito de su vida mientras se comporta incorrectamente en otro (1). Los valores deben
ser consistentes y aplicados de manera uniforme en todas las facetas de la vida profesional y
personal. En el contexto del aprendizaje-servicio, esto significa que los profesionales de la
salud deben mostrar un compromiso auténtico con las comunidades que sirven. Esto incluye
no solo impartir conocimientos, sino también escuchar y adaptar las intervenciones a las
necesidades específicas de cada grupo poblacional.
En conclusión, la formación de líderes en salud en el Perú requiere un enfoque integral que
combine inspiración, conocimiento técnico y habilidades prácticas. Siguiendo el ejemplo de
figuras como la Madre Teresa, quienes destacaron la importancia de conocer y amar a las
personas, los futuros profesionales deben cultivar una mirada transformadora que promueva
cambios positivos en sus comunidades. La transformación de hábitos requiere un esfuerzo
sostenido y la colaboración entre diferentes sectores. Con el apoyo de estrategias de
aprendizaje-servicio, los profesionales en formación pueden liderar un cambio significativo,
reduciendo la incidencia de enfermedades crónicas y mejorando la calidad de vida en sus
comunidades.
Referencias
1. Ministerio de Sanidad y Consumo. Actividad Física y Salud en la Infancia y la Adolescencia:
Guía para todas las personas que participan en su educación. España, 2009 Disponible en:
isicaSaludEspanol.pdf
2. López-Walle Jeanette, Tristán José, Tomás Inés, Gallegos-Guajardo Julia, Gongora Elias,
Hernández-Pozo M del Rocío. Perceived stress and authentic happiness through the level of
physical activity in young university students. CPD [Internet]. 2020 Ago
[citado 2024 Nov 10] ; 20( 2 ): 265-275. Disponible en:
84232020000200021&lng=es.
3. González-Alorda, Á. ¿Qué significa transformar? [Internet]. TEDxPuraVida; 2015 [citado
2024 nov 9]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=SvcdvwJCyME
Nov 10, 2024
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¿Cómo podemos formar líderes en salud capaces de transformar hábitos en
una población que enfrenta crecientes tasas de sedentarismo, obesidad y
diabetes? En el Perú, estas enfermedades crónicas representan desafíos
urgentes para el sistema de salud y requieren intervenciones innovadoras y
sostenibles. Los profesionales de la salud en formación tienen un papel
crucial en liderar el cambio, pero esto exige más que conocimientos técnicos;
demanda habilidades de liderazgo que inspiren a las comunidades a adoptar
estilos de vida más activos y saludables Álvaro González-Alorda afirma que
transformar no consiste en deslumbrar, sino en generar un cambio
significativo en los hábitos (1).
Esto es crucial en el ámbito de la salud, donde
la transformación implica inspirar a las personas a adoptar estilos de vida más
saludables. Según Warren Buffett, la integridad es esencial para cualquier
líder; sin ella, la inteligencia y la energía pueden ser destructivas (1). Para ser
líderes transformadores, los profesionales de la salud deben empezar por
examinar y fortalecer sus propios valores. La inspiración verdadera en el
liderazgo se traduce en la capacidad de mover a otros hacia el cambio.
En el
caso de la promoción de la salud, esto se relaciona directamente con la
creación de ambientes que fomenten la actividad física y la alimentación
saludable. Los futuros líderes deben modelar estos comportamientos,
sirviendo como ejemplos vivos de las prácticas que buscan inculcar en sus
comunidades.
El sedentarismo es un factor de riesgo importante para el
desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes y la obesidad. Según
la Guía de Actividad Física y Salud en la Infancia y la Adolescencia, la
inactividad física contribuye significativamente a la carga de enfermedades
crónicas en todas las edades (1). La modernización y el uso de tecnologías han
reducido la actividad física diaria, lo que ha incrementado la prevalencia de
estilos de vida sedentarios, especialmente entre los jóvenes. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) reconoce al sedentarismo como el cuarto factor de
riesgo más importante de mortalidad global.
En el Perú, esta realidad se
agrava debido a la falta de espacios adecuados para la práctica de ejercicio y a
la poca promoción de hábitos activos en las instituciones educativas y en los
entornos laborales. La actividad física desempeña un papel vital en la
prevención de enfermedades crónicas. Según estudios realizados en jóvenes
universitarios, existe una correlación positiva entre la práctica regular de
actividad física, la reducción del estrés y el incremento de la felicidad
auténtica (2).
En Perú, donde las tasas de sedentarismo han contribuido al
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aumento de enfermedades como la diabetes, promover un estilo de vida
activo es una prioridad de salud pública. La actividad física regular no solo
mejora la salud física, sino que también contribuye a la salud mental,
reduciendo el estrés y aumentando la felicidad auténtica. Los profesionales
de la salud pueden utilizar enfoques innovadores para fomentar la actividad
física entre diferentes grupos etarios, incluyendo intervenciones comunitarias
y escolares.
El enfoque de aprendizaje-servicio ofrece una oportunidad para
que los profesionales en formación integren la teoría con la práctica a través
de actividades en beneficio de la comunidad.
Entre las estrategias más
efectivas se encuentra el diseño e implementación de campañas
comunitarias que involucren a escuelas y familias para promover la actividad
física, así como la educación y sensibilización mediante herramientas
interactivas como aplicaciones móviles y redes sociales.
Estas iniciativas
permiten aumentar la conciencia sobre la importancia de un estilo de vida
saludable.
Además, es crucial establecer sistemas de monitoreo y evaluación
que incluyan mediciones regulares del Índice de Masa Corporal (IMC), niveles
de glucosa y actividad física, utilizando métodos como escalas de percepción
de esfuerzo y frecuencia cardíaca (1).La integridad es una cualidad
indispensable para los líderes. Sin embargo, como señala González-Alorda, la
fragilidad humana puede llevar a la inconsistencia con los valores personales
(1).
En estos casos, el perdón se convierte en una herramienta poderosa,
Nelson Mandela expresó que el perdón libera el alma y permite avanzar con
ligereza (1). Para los profesionales de la salud, esto implica reconocer errores
en sus enfoques y estar dispuestos a corregirlos.
El liderazgo efectivo también
requiere una constante revisión de compromisos.
Establecer metas
específicas y trabajar diligentemente hacia ellas refuerza la confianza en uno
mismo y en el equipo. Los líderes que cumplen con sus compromisos son
más capaces de exigir excelencia a los demás. Un aspecto fundamental del
liderazgo transformacional es la formación en valores. Gandhi afirmaba que
una persona no puede actuar correctamente en un ámbito de su vida
mientras se comporta incorrectamente en otro (1). Los valores deben ser
consistentes y aplicados de manera uniforme en todas las facetas de la vida
profesional y personal.
En el contexto del aprendizaje-servicio, esto significa
que los profesionales de la salud deben mostrar un compromiso auténtico
con las comunidades que sirven.
Esto incluye no solo impartir conocimientos,
sino también escuchar y adaptar las intervenciones a las necesidades
específicas de cada grupo poblacional.
En conclusión, la formación de líderes
en salud en el Perú requiere un enfoque integral que combine inspiración,
conocimiento técnico y habilidades prácticas. Siguiendo el ejemplo de figuras
como la Madre Teresa, quienes destacaron la importancia de conocer y amar
a las personas, los futuros profesionales deben cultivar una mirada
transformadora que promueva cambios positivos en sus comunidades. La
transformación de hábitos requiere un esfuerzo sostenido y la colaboración
entre diferentes sectores. Con el apoyo de estrategias de aprendizaje-servicio,
los profesionales en formación pueden liderar un cambio significativo,
reduciendo la incidencia de enfermedades crónicas y mejorando la calidad
de vida en sus comunidades.
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