¿Cómo la Teología de la liberación influye en la medicina basada en el amor?
- elblogdelaseccion1
- 15 nov 2024
- 5 Min. de lectura
Rosario Arellano Gonzáles
Los conceptos espirituales, humanos y amorosos en los que desde sus inicios se basó la medicina, están adquiriendo un lugar relegado y con el tiempo han ido deshumanizando la práctica la médica, dando mayor enfoque a tratar la enfermedad y olvidando que están frente a seres humanos con emociones y experiencias únicas. Esta deshumanización que viene a causa de nuevos conocimientos, técnicas, tecnología, especialización y el materialismo, pueden llevar a una atención médica fría y distante, olvidando por completo que la fuerza motriz de la medicina es el servicio desinteresado por las personas y no la búsqueda de poder sobre ellos, ya que desde siempre eso es lo que nos ha enseñado la Iglesia, el amor y la fe. (1)
Siendo esto último así, ¿Porqué no poner en práctica el amor que pregonamos a Dios, para con los hombres, y brindarles un trato más justo, más amoroso y satisfactorio? (2) Desarrollaremos aspectos importantes a tener en cuenta para mejorar la práctica médica de ahora en adelante y también se planteará una propuesta para que esto cambie.
El ser humano, en general, necesita reflexionar y retornar a los principios y valores que desde la antigüedad nos han movido, aquellos fundamentales, que nos hacen hombres, que nos acercan a Cristo. El amor, la compasión, la empatía y la igualdad necesitan tener un papel central en el proceso de atención y curación de la persona; para ello se necesita un cambio de paradigma en donde se tome al ser humano como un ser holístico, que necesita ser tratado con dignidad, y se creen situaciones favorables para éste durante el proceso de curación.
El personal de salud está desvalorizado actualmente, en muchos casos se los ve como personas con poca moral, poca ética y poco profesionalismo. Ellos necesitan volver a tener el mismo valor y respeto que antes, pero para lograrlo es necesario que cambien su actuar, su proceder y recuerden que la medicina no es más que una profesión de servicio pleno, en la cual tratas personas con los mismos derechos que tú y que necesitan de esperanza y caridad para continuar en la lucha. Es por ello se ha creado un modelo más humanista, el cual se denomina “Medicina basada en el amor” (1).
Cruz Bejarano argumenta que el amor es un componente esencial en la práctica médica. Este amor abarca la compasión, la empatía y el respeto hacia el paciente; también menciona que en dicha práctica médica es necesaria la vocación de servicio. Todo ello servirá para que se pueda conocer al individuo en sus diferentes dimensiones y se brinde el acompañamiento y cuidados necesarios para su recuperación y bienestar físico y espiritual (1).
Las personas vienen a nosotros muchas veces con dolor y en situaciones de vulnerabilidad, ¿no hemos de ser parte de su alivio y curación? ¿no necesitan ser tratados dignamente y con caridad? Ellos merecen un trato justo e igualitario sin importar quienes sean o a que clase social pertenezcan, son humanos al igual que nosotros y nada los puede calificar o descalificar para tener un buen trato (2)
Por eso es necesario llevar la práctica a un nuevo nivel, un nivel más humano, donde la sociedad médica sea más justa, fraterna y con tratos igualitarios tanto a otro personal médico como a sus pacientes (2).
Para lograrlo es necesario reformas en diferentes niveles (1):
A nivel institucional, asegurando la protección de la dignidad y los derechos del paciente, tanto en el trato del médico como en la logística interna.
A nivel educativo, mejorar las currículas médicas universitarias, orientar el aprendizaje no solo a conocimientos técnicos y científicos sino también aprender y desarrollar habilidades comunicativas, empáticas y éticas. No se trata de solo curar, sino también de acompañar en el proceso. Es necesario empezar a cambiar la mentalidad de las generaciones posteriores, marcar la diferencia y volver a los valores que practicaban los médicos desde sus inicios, esto empieza principalmente por los docentes a cargo, sin el ejemplo de ellos la teoría brindada a los alumnos queda totalmente vacía, sin fundamento.
A nivel personal, es de vital importancia conservar la humanidad, recordar que estamos tratando con personas que sienten, que sufren, que tienen derechos y necesidades, pero sobre todo que creen que pueden ser sanados ya sea por un ser divino y/o por nosotros (el personal médico); con todo esto, mejorar la calidad de atención y el amor que podamos brindar, está en nuestras manos. Esta mejora no solo va a beneficiar al paciente sino también a nuestra experiencia profesional, satisfacción y motivación, lo cual nos llevará a buscar ser mejores profesionales cada día, con mayor respeto y aprecio social.
La relación médico-paciente es de gran importancia, es un elemento crucial para la curación, una relación basada en la confianza y el respeto mutuo puede mejorar significativamente los resultados de salud (1).
Para ampliar ello se debe tener en cuenta ciertos aspectos a mostrar durante las sesiones o consultas con el paciente.
Como punto primordial, la compasión, que es la capacidad para reconocer el sufrimiento de la persona; y la empatía, que nos permitirá tener una conexión emocional y el compromiso para aliviar su dolor y angustia. Ambos aspectos los podemos demostrar durante las consultas aplicando la escucha activa, siendo sensibles a cuanto escuchemos y veamos, captando temores, esperanzas y preocupaciones, teniendo paciencia y tolerancia ya que cada persona es única y necesita un enfoque propio para su sanación, también es necesario tomar acciones concretas que nos permitan ver mejoras en el paciente, tanto a lo largo de su tratamiento como en el soporte emocional que brindemos.
Otros aspectos igual de importantes son la atención plena y sin juicios, y el respeto y la dignidad que la persona como tal merece recibir, finalmente y no menos importante, sus creencias y su fe, eso que los mantiene vivos y que les brinda esperanza (2).
Es necesario comprometerse con estos aspectos y valores mencionados, practicando la justicia social y teniendo siempre presentes los derechos humanos sobre los cuales debe regirse el actuar médico y terapéutico. Hacen falta médicos sabios, caritativos y serviciales, que puedan de alguna u otra forma brindar siquiera el 1% del amor de Cristo, eso necesitan los pacientes (2).
Para concluir, es imperativo reflexionar sobre la práctica médica actual y su evolución hacia una mayor humanización. Solo a través de una atención integral y humanista, la medicina puede cumplir su verdadero propósito: sanar no solo el cuerpo, sino también el alma.
El compromiso que se haga sobre el ejercicio de la medicina o sus diferentes áreas, marcará un cambio significativo no solo en nosotros como personal, sino también en la sociedad, de una u otra forma tendremos una mejor sociedad, en la cual haya igualdad, tolerancia y caridad. El cambio está y empieza en uno mismo, no podemos pedir a los demás un cambio si no empezamos nosotros, con el ejemplo, tal como lo hizo Cristo.
BIBLIOGRAFÍA
1. Cruz B. Segundo, MEDICINA BASADA EN EL AMOR: Un antiguo camino en salud (Doctrina médica nº 1). Ediciones Kindle; 2021. [citado el 27 de octubre de 2024].
2. Gutierrez G. Teologia de La Liberacion. Ediciones Sigueme; 1972 [citado el 27 de octubre de 2024]. Disponible en: https://hectorucsar.wordpress.com/wp content/uploads/2012/12/gutierrez-gustavo-teologia-de-la-liberacion perspectiva.pdf



No creí que la teología y la medicina tuvieran un tema en común hasta que leí este ensayo. Me encanta!